Todos tenemos sueños.

Todos deseamos alcanzar aquello que hace vibrar nuestro corazón.

Sin embargo, existen a veces momentos en los cuales puede llegar a surgir la duda de si eso que tanto queremos es en realidad algo que “merecemos” tener o vivir.

¿Te ha sucedido que estás trabajando por lograr un objetivo importante o sueñas con vivir una experiencia que te haría muy feliz, pero en algún momento te cuestionas si eres lo “suficientemente bueno(a)-inteligente-capaz-atractivo(a), etc.” para poderlo alcanzar?

Algo te quiero decir con total certeza:

Si tienes en tu alma algo que cada vez que piensas en ello te llena de emoción, de gozo, sientes que es tu pasión o tu gran sueño, es porque Dios puso ese deseo en tu corazón.

En otras palabras, es el Plan Divino de Dios para tu vida.

Ahora bien, ¿cómo manejar el sentimiento de la falta de merecimiento?

¿Cómo no dejarte convencer por los pensamientos negativos de que eso que deseas es “demasiado” para ti o que no tienes las capacidades o virtudes necesarias para alcanzarlo?

¡Aquí te voy a compartir unos “tips” para que puedas fortalecer el merecimiento y la convicción de que posees todo lo que se necesita para alcanzar hasta tus más grandes sueños!

Si deseas aprender en mayor detalle cómo trabajar el amor propio para atraer la vida emocional que deseas, te invito a leer mi libro ¿Por Qué No Fluye el Amor en Mi Vida?

Tip #1: Haz una lista de todas las cualidades que YA posees. Si una de las razones que te hacen dudar de si mereces recibir algo es que crees no tener las cualidades requeridas para lograrlo, este ejercicio te puede ayudar muchísimo, pues te ayudará a recordar que ya tienes muchas habilidades y virtudes. Haz una lista en todos los sentidos: intelectual, físico, emocional, espiritual, etc. ¡Trata de que no se te quede nada por fuera! Esto no es egocentrismo; por el contrario, ¡es recordar y reconocer que eres un ser con muchas cualidades y que vale muchísimo!

Tip #2: Recuerda (también si deseas puedes hacerlo por escrito a través de una lista) los regalos o bendiciones que la vida te ha dado. Esta práctica es algo que de hecho recomiendo hacer frecuentemente, sobre todo en esos momentos en que sientas que Dios no te da lo que le estás pidiendo…cuando haces una lista de las cosas lindas que Él te ha dado y de las bendiciones constantes que recibes de parte de Él, eso te ayuda a recordar cuán bendecido(a) eres ya y de cuánto te ama. Además, si Dios te entrega bendiciones es porque Él, más que nadie, sabe que mereces recibirlas .

Recordar constantemente las bendiciones que recibo de Dios es quizás de lo que más me ha ayudado a reforzar el sentimiento del merecimiento, pues puedo mantener presente en mi mente y corazón cuánto me ama y recuerdo las cualidades que ya poseo, lo que hago bien, lo que me sale bien y en lo que he tenido logros gracias a mis propios esfuerzos. La suma de todo esto es lo que me ayuda a ser consciente de que tengo muchas cosas lindas, muchas fortalezas y cualidades y que valgo mucho como persona. Me ayuda a recordar que Dios puso en mi lo que necesito para alcanzar mis sueños y que si mantengo esas ideas positivas en mi interior, eso será lo que precisamente voy a atraer a mi vida. Te comparto mi experiencia personal pues mi deseo es que tú también lo logres :).

Tip #3: ¿Sobre qué te felicita más la gente de que haces bien? ¿Cocinas muy rico? ¿Tejes suéteres hermosos que la gente te dice yo quiero que hagas uno para mi? ¿Sabes elaborar joyas? ¿Diseñas páginas web súper lindas? ¿Escribes muy bien? ¿Se te facilitan los idiomas? ¡Todas estas habilidades te las regaló Dios para que puedas realizar tus sueños en esta vida! Aquello que se te facilita y gusta hacer es lo que Él desea que hagas. Así no parezca que te va a dar dinero o que es algo que valga la pena, ¡ten la seguridad de que por ahí puedes recibir muchas cosas buenas y que merecerás recibir a través de ellas!

Tip #4: Pregúntate y respóndete con sinceridad por qué crees que no mereces recibir lo que deseas o por qué sientes que es demasiado grande para ti. Trata de encontrar la raíz de ese sentimiento: ¿fue algo que alguien te dijo en algún momento de tu vida? ¿Fue algo que tú creíste sobre ti? ¿Fue una vez en que fallaste o cometiste un error y ya por eso creíste que no servías para eso?

Respóndete estas preguntas con toda honestidad, pues es crucial entender la raíz de donde proviene ese sentimiento.

Si sucede que por ejemplo en algún momento de tu vida cometiste un error y por eso sientes que no mereces recibir, no olvides que todos somos humanos y, por lo tanto, somos imperfectos. Cuando se comete un error, la idea es aprender de él para no volverlo a cometer en lugar de autocastigarnos y sentirnos culpable por haberlo hecho. Esto último no es constructivo.

Si sientes que no mereces porque alguien te dijo palabras negativas, la solución es dejar de dar poder a esas palabras, pues fueron subjetivas, es decir, fueron la opinión de quien te las dijo.

Si es algo que sientes sobre ti, ejercicios como los que te estoy compartiendo aquí te ayudarán a cambiar esa mentalidad.

Tip #5: Haz el ejercicio del Por qué: Parece algo muy sencillo pero esta práctica puede llegar a ser muy efectiva para quitar fuerza a esa idea errada de que no mereces recibir. Comienza con la pregunta: ¿por qué creo que no merezco? Y de acuerdo a la respuesta que vayas recibiendo continúa haciéndote el mismo cuestionamiento: ¿Y por qué creo (lo que hayas respondido al primer por qué? Continúa así varias veces: Y por qué creo eso? Y por qué creo eso? Y por qué creo eso? Esto te va a llevar muy posiblemente a una respuesta de “no sé de dónde surgió esa idea” o “fue porque fulano me dijo”…así vas a encontrar la raíz de ese pensamiento errado sobre ti.

Tip #6: Recuerda los logros que ya has tenido. ¡Tú has logrado un montón de cosas maravillosas a lo largo de tu vida! Lo que sucede es que por lo general olvidamos cuánto hemos hecho, los resultados positivos que hemos obtenido y cuántos obstáculos hemos sido capaces de superar. Detente por un momento y recuerda esos momentos en los que sentiste la alegría de haber culminado un proyecto satisfactoriamente, como por ejemplo cuando te graduaste del colegio o la universidad, cuando obtuviste tu primer empleo, o cuando lograste establecer esa relación de amistad o afectiva que anhelabas. ¡Traer a la memoria esos logros será como un "combustible" para tu motivación y para darte cuenta que ya has alcanzado muchas metas en tu vida! 

Tip #7: Mantén el enfoque en ti y NO en cómo los demás hacen las cosas. ¡Compararte con los demás es lo peor que puedes hacer! Cada quien tiene un camino diferente, una manera de hacer las cosas diferentes y tiene un Plan Divino único, así que no es conveniente que te compares con lo que otros han hecho o dejado de hacer, pues lo único que vas a lograr con eso es sentirte mal. Enfócate en ti, en lo que sabes hacer, en tus cualidades y habilidades y da lo mejor de ti al hacerlo.

Tip #8: Repítete constantemente que te amas. Existe una práctica común que algunos llaman “del espejo” pues se recomienda precisamente hacerla en frente de un espejo (puede ser en el baño en las mañanas o en la noche antes de irte a dormir). Mírate, obsérvate y comienza a decirte cuánto te amas: “Me amo, me amo, me amo”. Puedes incluso decirlo en segunda persona: “(tu nombre), te amo”. Quizás al inicio lo sientas como algo forzado, pero si lo haces diariamente, cada vez irá fluyendo más fácilmente.

Mientras lo repites, imagina que una luz maravillosamente blanca y brillante baja del cielo, entra por la coronilla de tu cabeza y llega al centro de tu corazón, iluminándolo por completo, dejándolo muy brillante.

Artículo relacionado: Frases positivas para mejorar tu autoestima.

Con este artículo te comparto un PDF descargable para que lo imprimas y realices las prácticas que te comparto aquí. Hazlas con mucha atención, confianza y constancia, ¡y verás resultados muy positivos!

Cuéntame: ¿qué aptitudes, cualidades y habilidades posees? ¿Cuáles de ellas te han ayudado a tener logros en el pasado? Leo tus comentarios.