Por: Ana Mercedes Rueda – Escritora y consejera angelical
El término ‘guía espiritual’ es muy común en el ámbito de la espiritualidad. Puede, por lo tanto, tener diversas connotaciones: puede ser un maestro bajo el cual grupos de personas se orientan en sus creencias, o simplemente ser una persona que ayuda a alguien más en su proceso evolutivo, etc.
Sin embargo, para el caso específico que nos interesa, en el ‘léxico’ de la canalización, este término se escucha muy frecuentemente para definir a los seres de luz que contactan a los seres humanos con el fin de ayudarnos en nuestro crecimiento a través del suministro de información elevada proveniente de los más altos planos.
Existe una diferencia en el origen entre los ángeles y los guías espirituales, más no en la función. Los últimos han tenido experiencias en la tierra y han encarnado al menos una vez; los primeros, en cambio, no han encarnado. Sin embargo, su misión es la misma: ayudarnos a nosotros los seres humanos en nuestro proceso evolutivo guiándonos, orientándonos, llenándonos de luz. De esta manera, en cuanto a su misión con el planeta tierra, los guías y los ángeles son parte de lo mismo.
Los autores norteamericanos Sanaya Roman y Duane Packer indican que los guías pueden provenir de infinitos lugares y dimensiones fuera de la galaxia y las estrellas, tales como la cuarta dimensión. Los Maestros Ascendidos, como Saint Germain; los ángeles y arcángeles, incluyendo a los ángeles guardianes; y los extraterrestres, son algunos de ellos.
Por ello es tan importante cubrirse con luz cuando se comienza a practicar la canalización, para así establecer contacto con guías altamente elevados y evolucionados y evitar que entidades no elevadas lleguen y ‘aparenten’ ser guías de luz.
Otra confusión que puede surgir es si canalizar guías es lo mismo que ser un médium. Canalizar es servir de ‘puente’ para que los guías espirituales o ángeles transmitan información elevada que, como he dicho, busca ayudarnos a crecer como seres divinos. La mediumnidad se enfoca más hacia el establecimiento de un contacto con seres que han fallecido, principalmente para cerrar círculos que quedaron abiertos entre ellos y sus familiares o amigos o, en general, para sanar las relaciones que dejaron en la tierra.
No todos los seres de los planos elevados eligen ser guías. Esta es una misión que ellos escogen pues al hacerlo motivados por el amor a los humanos y porque así pueden lograr una evolución más acelerada.
Podemos pensar que para ellos este trabajo es fácil pero en realidad no lo es tanto. Cuando los ángeles iniciaron su contacto conmigo, me explicaban que tanto para ellos como para mi no era sencillo el llegar a ese punto medio de encuentro de nuestras energías. Para ellos no es fácil bajar su frecuencia y para mi no era fácil subir la mía. Poco a poco, con práctica, fuimos encontrando ese punto medio que nos permitiera sentirnos cómodos al hacer la conexión. Al comienzo, recuerdo, solía sentirme agotada por la cantidad de energía que llegaba; los ángeles me explicaban que esto era debido a la alta frecuencia que ellos tienen y a la que mi cuerpo no estaba acostumbrado. Sin embargo, con el pasar del tiempo, tanto ellos como yo nos fuimos adaptando a cierto nivel de energía y, aunque a veces siento un poco el mareo que me permite entender que estoy recibiendo un ser bastante elevado, mi cuerpo está acostumbrado a su energía y ya puedo tener sesiones con varios clientes el mismo día sin sentir ningún cansancio.
Para los ángeles y guías en general también toma tiempo de práctica y tener la ‘habilidad’ para bajar hasta nuestro nivel de frecuencia. Es un trabajo tanto para ellos como para el canal llegar al nivel adecuado que permita una adecuada comunicación.
¿Cómo son?
Esta es una pregunta que escucho muy frecuentemente por parte de mis clientes. Según lo que los ángeles me han indicado – y por la forma en que los he visto – ellos son luz. Son siluetas de luz muy brillante de diferentes colores. Sin embargo, también me han indicado que ellos pueden presentarse a nosotros de la manera que nos sea más fácil identificarnos. Por ejemplo, si para una persona la figura de un ángel es aquella que todos conocemos de un ser alado de rostro y figura hermosos, los ángeles se presentarán a ella de esa manera; si para otra persona son luz, así serán vistos; y si para otra son maestros vestidos con largas túnicas, así será la representación de éstos ante sus ojos.
Lo que ellos me han explicado es que su apariencia depende del concepto que tenemos en nuestra mente de ellos, pero en realidad son luz pura y ellos nos ven a nosotros de la misma manera. Como rayos de luz divina que son parte del Padre Celestial al igual que ellos.
De la misma manera, los guías pueden aparecer como masculinos o femeninos, dependiendo del tipo de tarea o rol que vayan a cumplir o de la manera que sea más fácil identificarlos para la persona. De tal forma, si un guía desempeña un rol de protección o paternal, podrá adoptar una apariencia masculina y si su rol es más de ternura y suavidad, adoptaría una apariencia femenina. Esto muestra que no podemos encasillar a los guías y ángeles en un solo tipo o apariencia, ya que esto es dado por la relación individual que establezcan con la persona a quien contactan.
Tenemos pues claro que los ángeles son guías espirituales en cuanto a su misión. Esta, aunque forma parte de una gran misión general que es ayudar al género humano en su proceso evolutivo, es desarrollada a través de diversas tareas asignadas a los guías. Es así como algunos de ellos pueden tener como misión ayudar en el proceso evolutivo mediante la entrega de información científica; otros, a través del trabajo de sanación interior o física, etc. Los guías tienen diversas habilidades y talentos y se comunican a través de un canal compatible con ellos.
Un guía espiritual siempre buscará darte ánimo a seguir, te inyectará positivismo y te impulsará a tomar decisiones basadas en tu libre albedrío escuchando la voz de tu corazón. La mejor manera de distinguir un guía elevado de uno que no lo es, es de esta forma. Si un mensaje que recibas te inyecta miedo, inseguridad o te ‘obliga’ a tomar determinada acción, no proviene de un ser de luz. En caso que esto suceda, detente, descansa unos minutos o un rato y luego vuelve a concentrarte, cubriéndote siempre con luz antes de iniciar cualquier contacto.
Los ángeles y guías buscan que seamos mejores seres humanos, procuran llenar nuestro corazón de amor y luz y que disfrutemos de la vida sin tener que sufrir las consecuencias de duras pruebas. Aunque ellos no pueden evitar que pasemos por situaciones que traen consigo una enseñanza útil para nuestra evolución, con sus consejos sí pueden lograr que obtengamos dichas enseñanzas sin tener que enfrentar grandes sufrimientos. Su objetivo es que nos amemos a nosotros mismos y amemos a los demás tal como Dios nos enseñó.
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Ana Mercedes Rueda es escritora y consejera angelical reconocida internacionalmente con más de 30 años de experiencia y canaliza mensajes de ángeles desde los 16 años.